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lunes, 23 de octubre de 2023

Independencia accidentada

 Un trabajador en precario de 53 años acudió a las urgencias de un hospital de Granada la semana pasada. En recepción dijo que resbaló en una hamburguesería y recibió un fuerte golpe en un costado. Después de la habitual larga espera, un médico procedió a examinarlo. Cuando el trabajador se desnudó el sanitario puso cara de asombro: del vientre del lesionado colgaba algo. Procedió a cogerlo con pinzas y en ese instante se desprendió. No podía creer lo que veía: al trabajador se le acababa de caer un trozo de 5 cm de cordón umbilical momificado. 

Cuando el médico interrogó al trabajador, éste le dijo que siempre había estado ahí y que no le había dado mayor importancia. Añadió que había tenido la mala suerte de lesionarse justo el día en el que por fin se había independizado, pues hasta entonces había vivido en casa de su madre. Esa misma mañana había firmado el contrato de alquiler de una habitación en un piso compartido. 
Cuando el maduro trabajador recibió el alta y atravesó la puerta del hospital se encontró en la calle con un equipo de registradores de récords guinness que lo esperaban pacientemente.




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